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RESTAURANTERIA Disertaciones vitales de un liberal librepensador

Filosofía de las corridas de toros

Filosofía de las corridas de toros

Os recomiendo el libro que dá nombre a esta entrada en el blog. Es de Francis Wolff, filósofo que imparte clases como catedrático en la Universidad de París. Dice Wolff "No es la fiesta nacional de España ni la sola referencia patrimonial de un país. Ir a los toros es una elección personal del aficionado, una pasión. Ha adquirido una dimensión universal gracias al atractivo de los valores que encierra. Universal no quiere decir que deba exportarse. Universal quiere decir que es posible reconocerse en sus coordenadas: la vida y la muerte. Lo bello y lo sublime. La ética y la estética. El sacrificio de uno mismo y el miedo a morir. La creación de la belleza"

"Los toros incomodan en España, no se consideran políticamente correctos. De hecho, los españoles tienen una relación problemática con la llamada fiesta nacional. Mi libro es una invitación a que los aficionados lleven la cabeza alta. Que abandonen la actitud pasiva, resignada, culpabilizada. La corrida no es del pasado, ni la España negra, ni el franquismo. La corrida no es el folclorismo racial y anacrónico como París tampoco es Pigalle. Hay una intelectualidad reacia que se atrinchera en el malentendido y el desconocimiento", añade sin alterarse el profesor francés.

Y en lo siguiente es donde está el quid de la cuestión, que si se tiene un mínimo de sensibilidad nos llevará a explorar caminos ocultos hoy día:

"En el modelo de sociedad vigente, la muerte se ha convertido en algo vergonzoso. Por eso la negamos, la escondemos y nos decantamos por modelos asépticos. No existe el duelo. Predomina la apología de la juventud eterna. Aceptamos la muerte del animal y de nuestros congéneres siempre que no la veamos. Mucha gente no entiende ya la ceremonia de la muerte. De ahí proviene la distancia con la corrida. La corrida mezcla la fiesta de la vida con la tragedia de la muerte. Es un pasaje ceremonial hacia la muerte. En la corrida el toro muere y el torero puede morir. La vida no es un estado, es un acto, un acto contra la posibilidad misma de la muerte".

Releed este último párrafo y sacad conclusiones. Investigad. Apartaros nuevamente si podeis (si quereis) de las caretas, de las vendas en los ojos, de la corriente de pensamiento en boga actualmente, de modas y pasatiempos. Sed anacrónicos. Pero sobre todo, sed librepensadores.

2 comentarios

Jesus -

Por cierto, soy consciente de que usted no ha escrito los textos entrecomillados, aún así me refiero a usted en mi réplica por ser quien lo publica orgulloso.

Jesus -

Vaya! impresionado me hallo! Intentaré estar a la altura de su excelente retórica.

Por un momento hasta me he sentido tentado de sentirme orgulloso de tamaña fiesta, de semajante exaltación de valores, de todo lo que para usted representa la tauromaquia. Como dice usted

"La corrida mezcla la fiesta de la vida con la tragedia de la muerte. Es un pasaje ceremonial hacia la muerte. En la corrida el toro muere y el torero puede morir"

Que manejo del lenguaje! incluso parece un batalla justa, acordada por ambos bandos, una lucha de igual a igual. Sería genial tener su facilidad de palabra y adornar con tan rimbombantes perífrasis, por ejemplo, los rituales de ablación de algunos poblados de África. Que coño, creo que voy a intentarlo:

“La ablación mezcla la fiesta de la vida con la tragedia del dolor y del sacrificio. Es un pasaje ceremonial hacia la madurez. En la ablación una niña muere, pero una mujer nace”

Ya está! Acabo de convertir una monstruosidad en un respetable ritual, gracias a las trampas de la lírica.

Tiene gracia que en una de las entradas de su blog hable acerca del desprecio que despierta en su persona el engaño, pero se quede más ancho que largo escribiendo semejante patraña acerca de la tauromaquia. No sé como osa convertir el maltrato de un animal en, como dice, “una elección personal del aficionado, una pasión”… quizá el hecho de que se practique desde hace cientos de años? Por esa regla de tres, si mis ancestros se hubiesen dedicado a maltratar a gatitos desde el siglo XVII… sería legítimo que yo ahora los criara para esclafarlos contra la pared cuando me viniese en gana? Es un tradición, u know.

Bueno, suerte con su demagogo blog, y disfrute de su amada fiesta nacional.

Un saludo