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RESTAURANTERIA Disertaciones vitales de un liberal librepensador

Con mis mejores deseos para toda tu vida.

Con mis mejores deseos para toda tu vida.

No sé exactamente el por qué, pero hay ciertas personas que gustan de tejemanejes, de embrollos, de mentiras y todo lo que las acompaña. Para esta nueva decada que comienza me gustaría dejarles claras mis intenciones. Quiero que lean la siguiente perorata de una manera pausada y meditada. Deteniéndose en cada frase. Y que una vez la hayan leído sean conscientes de quien tienen enfrente. De quien soy, lo que me propongo y lo que no permitiré bajo ningún concepto. Mi mundo, el que yo necesito para vivir, se compone primordialmente de lo que quiero que esté en él. Y desde hoy me seré intransigente con respecto a eso.

Si hay algo que no soporte, si hay algo que me encienda, si hay algo ante lo que he decidido mostrarme altamente inflexible e intransigente, es ante el engaño. Me esfuerzo todos los días en ser honesto, en explorarme sin tapujos, en encontrar dentro de mí más y más morralla que ni siquiera sé qué significa, en explicar detalladamente lo que creo que me sucede y en pedir claramente lo que necesito. Es un trabajo ingente que no termina nunca, que me exige coraje y que me expone a todo tipo de calificativos. Tengo que lidiar en el mundo que me rodea con una enorme resistencia por el mero hecho de decir las cosas como las veo y como son para mí, así que me creo en el derecho de exigir reciprocidad. En cada momento de mi vida necesito tomar decisiones importantes sobre cómo utilizar mi tiempo y mis energías, y preciso disponer de información clara y exacta sobre todo lo que me rodea, especialmente de las personas con las que trato. Si no eres honesto conmigo, tú y yo tenemos poco que hacer.

Pero si vienes con historias, si mareas la perdiz, si pierdo el hilo y no pareces tener interés alguno en que lo recupere, si dejo de saber de qué estás hablando, si creo que me estás llevando a un lugar en el que no quiero estar, si por un momento tengo la sensación de que me estás manejando, si tengo la más mínima intuición de mentira, embuste o engaño, dejarás una mancha en mí que te va a costar sudor y lágrimas sacar, si es que alguna vez lo consigues.

Estás avisado.

Si me mientes, te mientes a ti y nos mientes a todos. Tu valor para mí es mínimo. La mentira es, entre otras cosas, lo que nos ha traído hasta este lamentable paraje. Yo ya hace tiempo que camino en otra dirección, y he decidido que sólo marcho con aquellos que lo valen.

Si estás contento donde estás, me parece cojonudo. Yo me largo. Y ahora elijo a aquellos que quieren compartir su tiempo conmigo y sólo miro hacia adelante.

Buena suerte.

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